30.1.10

Umakemesmile:)






peluda, olorosa. babosa.

bebe, rollito.

antiperro. juguete, estorbo, princesa.

thankuformakingmesmilelikethis.

26.10.09

Terapia bananera

Hola, amigas. amigos?


Hola!


Hola almejaaaaas!




Buenos dias, bienvenidos al confesionario. mm, no. Bienvenidos al divan!! Bienvenida la terapia.


Uf, dios, bienvenidos, bienvenidas, mejor, dije almejas.


esto es bastante mas complicado de lo que pense. En si, lo que quiero decir es. Ahora tengo un divan terapéutico, con forma de banana y todo, una especie de hamaca paraguaya. (siemprequisesaberporqueparaguaya-mesuenamasajamaiquina)... La cosa que estoy con necesidad de andar haciendo mis vomitoconfesión(queverguenza!) y no tengo

uno-ganasdepagarunterapeuta

dos-tiempoparacontarlemisproblemasenunespacioquesaquetiempoamisactividadesdiarias

tres-corroelriesgodeenamorarmeperdidamentedeltipo(uf!siesminacaguedoble)xelsimplehechodequemeescucha.

Bienvenidodivanbanana! sos super cómodo! hasta tenes almohadones en forma de bananitas- en si, todo lo que necesitaba.
Se que estoy dando vueltas, pero, se supone que cuando uno se sienta por primera vez frente al terapeuta, le da verguenza, espera a conocerlo, se necesita un cierto nivel de confianza, como para...bueno, confesarle la cantidad de cosas asquerosamentedeplorablesdepravadasyvergonzosas que le pasan por la cabeza, no?


...................................




La cosa es que esto en si me esta costando mas de lo que creía...estoy casi al limite de llorar, mentira, no es que estoy llorando ahora mismo, ahora, si que estoy aca sentada, trabajando como una negra, operaria, esclava, la de enfrente me mira con ojos de no entender por el vidrio (pero que boluda! pienso yo) y automáticamente agarro el espejo y me refriego el ojo con toda la fuerza que tengo.
-ay! la puta me entro una basurita! cuantas veces dije que no abran la ventana en esta época de mierda?
-soy alérgica a la primavera, carajo!!
(soy-alérgica-a-la-primavera: soyalergicaalamor-alosbesoscálidosyenamorados-aquealguienmeabracedesdeatrasymedebesosenlaoreja,conruiditoyescalofríos,tengoalérgiaagirarsinpararsobreunosbrazosenunaplazasoleada-tengoalérgiaalaalegría.alasensacióndeexplosiónconstanteenelestómago-anopoderparardepensarenunosojostodoeldía) buuuuhhhh!
-que ganas de llorar!. No! Mentira. tranquila. respiraaaaaaaaaaaaa sssmmmmmmm uuuufffff sssmmmmm uffff

listo.nueva.completamente nueva. sonrisa! (asi de gigante!)

La cosa es que quiza no todavía, pero llegamos a un pequeño punto de confianza, y en este momento, donde, ya lloré todo lo que tenía que llorar (?), aunque seguramente lo que dure esta puta primavera seguirán entrando mierdas por la ventana - ?.

uf.
.
.
bueno:
.
.
.no se tener un chongo.



Ayyaaaa! basta, ya lo dije... que mas queres? Lo confesé, lo dije!!!!! Cómo me odiooo!! porque carajo siempre fui taaaaan Susanita? porqué porqué porqué!?


Que? que más fuerte? que clase de terapia es esta? Que opresión en el pecho!

-No se, mira, no creo que esto me sirva de verdad.

-pero que me va a hacer bien!? queeeeeeee? !


-OKKK! OK!


-NOOOOO SEEEE TENER UN CHONGOOOOOOOOOOOOOO!


eso!? conforme?
-querés mas?


No se tener un chongo, no se cómo se hace, no se si se lo llama o si no se lo llama, no se si no se le dicen cosas lindas, no se si se le cocina o no se le cocina, no se si se queda a dormir o no, no se si tengo que salir con otros o quedarme sólo con ese, no seee como hacer para no enamorarmeeee siempre! Y mucho mas si es desastroso, y va bieeeen transversal a las vías, ni siquiera paralelo, lo mas lejos y cruzado cuanto sea posible!
No se. amigas, amigos, almejas, terapeuta, banana, bananitas mas chicas. No se tener un chongo!
No lo puedo creer!
yo que casi que acabo de quedar soltera, estoy completamente de estreno, nueva, novata, innovadora, comprimidaaadespuessdetantosañosssdeabrazarrlaaamismaaapanzaaaayapretaarlasmismastetillasynopuedocreerrrquenoseeehacerestoooo!
No se como se haceeeeeeeee :(








Y es todo por estas cosas que tiene la vida.
esas cosas que siempre me dijo mi abuela...














En casa de sexóloga,
el cuchillo siempre los corta con la misma forma.

4.9.08

puente-saliva

Esa boca tenía eso de rosado que tienen las bocas argentinas (no era que yo había probado muchas. olía algo particular, efimero pero distintivo, como una ráfaga de avispas haciendo torbellinos) y aunque había algo oscuro, una pendiente absurda que me empujaba hasta caer mientras la luna hacia cosas niñas en mi piel, y jugaba a la rayuela en la parte interna del antebrazo (si, la que da cosquillas) no podia sacar los ojos de su músculo tenso o sus curvas sobresalientes, o ni yo lo sabía e imaginaba la carne de su boca roja sin piel.
Y yo no hubiera estado ahi parada, si no fuera por esa boca, en ese lugar entre los sueños y los espasmos, entre la arena rubí de una plaza en San Telmo, no me hubiera revolcado con tanto gusto en sus lagrimas barrosas, pretendiendo ser algo que no soy, con los labios pintados de rojo y tacones altos intentando dar el paso final, jugando al muñeco de sus placeres, seduciendo a los viejos que leen el diario a las siete de la mañana en sus bancos de pintura descascarada.
No era yo la que salió esa noche de la casa, bajando a duras penas los escaloncitos del departamento entre vodka y cigarrillos largos, después de que se hayan consumido los inciensos de la habitacion de al lado.
No era yo la prostituta de zapatos y labios rojos que lloraba, con un paraguas y un sobre negro en la mano sentada frente a los restos de Manuel Belgrano en el Convento de Santo Domingo.

18.8.08

Naranjas

Yo odiaba su perfume. El olor de su piel y esas flores con naranja inundaban el ambiente con un aroma repugnante, casi me hacian vomitar. Mas de una vez contuve el asco buscando en la ventana una bocanada de aire fresco, con los segundos contados a punto de empapar el lugar de un líquido verde y viscoso.

Cuando no podia escapar de sus insistencias, buscaba entre los presentes la cohincidencia, el asco igual en la mirada, la respiración contenida, la necesidad inmensa de escapar. Entonces una ventana al abismo, una caida sin resistencias, una salida hacia otros lugares.

Esa sensacion salina y de sed de una bocanada de aire fresco.
Meti los pies en el mar con miedo, el agua entraba por entre los dedos como almejas saliendo a la superficie. Pude sentir el viento viniendo de atrás, tan fuerte como para llevarse a la luna al otro lado del mundo y dejarla abandonada ahi, donde todavia brillaba el sol de la mañana.

Al extender los brazos pude sentirlo recorrer todo, el golpe duro y fino de la arena llegaba despacio y para quedarse. Abri los dedos de las manos lentamente y me deje llevar.
(el sol parecia un sitio agradable en el cual vivir, las mejillas estaban rosadas).

19.7.08

-juez-sin-balanza-

Hay un arma que se hace flor en mis manos, que puede ser arena o fierro duro.
Hay una chance de dejarte en el pasado, de esquivar el contacto de tus ojos brillantes por miedo, o tal vez por venganza, y esa sensación de poder me hace sentir enorme ante tus pies torcidos (pobres idiotas).
Puedo adueñarme de tus pasos, de tus manos en las texturas desconocidas, granos de café y azúcar en las rodillas, si queres retorcerte en la incertidumbre hasta que dejes de ser.
Puedo acariciar a la consiencia y dejarte en una caja de cristal, salvarte de mis gritos-arañazos, de la tela araña de mis indecisiones, de mis penas no solidas.
Esta este egoismo que me invita a salvarme. Este algodón de frutillas tienta a la caida con brazos abiertos sobre su suavidad, para que el rebote me lleve a mordisquear una nube.
Mientras tanto, hay una habitación, un piso de maderas confortables para dejar que el cuerpo se deshaga en él, y mucha música a todo volumen.

(que se vuele el techo a pedazos y salga todo para arriba, que haya una explosión y yo pueda seguir así, once de la mañana, el pelo revuelto, las piernas abiertas, esta infinita sonrisa y la imnensidad desparramada sobre el suelo)

7.7.08

sinembargos

Y ahí se iba mi corazón, bailando en una pata.
porque le bastaba con ver sus ojos verdes entre la multitud, buscando algo que nunca era yo,
y un centenar de caballos galopaban sobre el pecho y hacian cosquillitas en la nuca, porque las manos soñaban con sus manos suaves y los ojos con su pelo revuelto en una cama demasiado blanca, porque eran rasguños de gato en las mejillas y usaba el flequillo para esconderme.
Y sólo eran unos ojos, y una sonrisa torcida y parecía que a un estante le colgaban todos los tornillos plateados.
En esa misma esquina de calle empedrada donde yo estaba parada, el cuerpo inmóvil mientras se iba deshaciendo el tiempo y daba lugar al agüjero, al vacío, al negro profundo, a la oscuridad,
y ahí se iba bien lejos, ahí, mi corazón bailando en una pata.

24.6.08

tarea fina perdida en su soledad

Estaban acobardadas tras las rejas, parecían conejitos blancos en una jaula en un rincón de la cocina, resguardadas del frío una pegada a la otra.
Pero ese cuartucho de dos por dos no tenía los azulejos con flores, jarros y algún que otro choclo que tienen los azulejos de las cocinas, ni las cortinas blancas con cuadritos y montones de volados recogidas a un costado y lo mas importante, no tenía una ventana con postigos de madera desde la cuál ver un parque con árboles a lo largo un domingo a la hora del desayuno.
Ese cuartucho tenía las paredes negras de lo que parecían hongos de humedad y ahi estaban las hormiguitas bañadas en azúcar impalpable y encerradas en una cajita de fósforos envuelta en un trozo de mosquitero, listas para decorar la torta de chocolate para Amalia en su cumpleaños número setenta y ocho.
El biscochuelo crecía en el horno a cuarenta grados y él estaba derritiendo el chocolate. De tanto en tanto le daba por espiar a las hormiguitas. Se acercaba a la caja con sus ojos pícaros y los cerraba como tratando de afinar la vista y cuando encontraba sus ojos asustados se quedaba unos minutos mirando a cada una. Eran ocho.
Había planificado matar a Amalia hacia tiempo, pero por alguna razón nunca encontraba la oportunidad de hacerlo. Hasta que se le ocurrió que la vieja podía morirse en su cumpleaños, ya tenía bastantes años, pocos parientes y un grueso de billetes envueltos en ovillos de lana abajo del colchón. Que vieja astuta, no se le escapaba una. Los tenía contados y separados por color. Sabía cuanto había en cada uno.
Cuando sonó el timbre del horno, preparo la cuchilla y relleno con frambuesas y dulce de leche, le agregó un granulado que parecerían bolitas de chocolate, cubrió con el baño, y decoró con las hormiguitas blancas.
El té en lo de Amalia era las cuatro y media , pero tenía que envolver la torta y tomar el 115 para ir a su casa en Boedo.
Al golpear la puerta de entrada, la que daba justo al living, donde Amalia había preparado una mesa redonda con masas secas y las tacitas de porcelana le temblaron un poco las piernas y una gota de sudor resbalo por la nuca hasta la cintura. Con sus ojos pícaros miró por la cerradura y la vio venir con la misma pollera marrón de siempre y sus gordas caderas.
Se sentaron en el sofá y cuando ya se había comido todas las masitas como un troglodita, sacó el envoltorio de la torta lentamente. Observó que las hormiguitas estaban duras, como congeladas, pero había un algo en sus ojos que le hacía saber que no estaban muertas.
Entonces cantó en voz bien alta... y que cumplas muchos más!...
Y el viaje de vuelta en el 115 no había sido nunca tan satisfactorio.